Ya han finalizado la fiestas navideñas y probablemente has ganado algún kilito que deseas eliminar lo más rápidamente posible pero si te pones a dieta ¿afectará a tu fertilidad?

 

Si tu prioridad es perder peso, a toda costa, pasando hambre si es necesario o “machacándote” haciendo ejercicio no dudes que la respuesta es: definitivamente sí.

 

Dietas y fertilidad: ¿son compatibles? Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que necesita aire, agua y nutrientes para funcionar.

A nadie se le ocurriría dejar de respirar deliberadamente.

Tampoco beberíamos agua que no fuese potable ni que tuviese un olor o color poco saludable.

Con la comida, que es la manera de aportar a nuestro organismo todos los nutrientes indispensables para vivir y mantener una buena salud, debería pasar exactamente lo mismo. Por desgracia no siempre es así.

Buscamos excusas para no comer de manera adecuada. “No tengo tiempo de cocinar”. O “comer sano es muy caro” son los justificantes que más solemos usar y oír.

Además, cuando llegan fechas señaladas o reuniones familiares o de amigos, es muy habitual excedernos con las cantidades que comemos. Muchas veces la calidad de los alimentos tampoco es la más indicada para nuestra salud y fertilidad. Afortunadamente no siempre es así ya que cada vez somos más conscientes de la importancia de seguir una buena nutrición y adaptamos ocasiones especiales a una dieta sabrosa pero nutritiva.

Pero si éste no ha sido tu caso durante los últimos días. Ya sea porque no te ha apetecido privarte de lo que te gusta (que por desgracia no suele coincidir con lo que más le conviene a tu organismo) o porque te ha sido imposible evitar algunas “comilonas” puede que te sientas como mínimo hinchada o empachada.

Quizás también hayas cogido algo de peso y deseas eliminarlo rápida y fácilmente.

Como dice el dicho “las prisas no son buenas consejeras” por lo que te recomiendo que evites las siguientes opciones para intentar adelgazar o depurar tu organismo:

  • Dietas demasiado bajas en calorías (principalmente si son menos de las que tu metabolismo necesita).
  • Ayunos o semiayunos.
  • Dietas sólo de líquidos como las dietas Detox. Pero ¡ojo! esto no significa que no puedas tomar batidos naturales Detox (como los jugos verdes) en momentos puntuales.
  • Bebidas, cremas, natillas, barritas, etc. sustitutivos de comidas.
  • Dietas que restringen grupos de alimentos como la proteica o cetogénica, ya que la clave siempre está en el equilibrio. No dejes de tomar hidratos de carbono, por ejemplo por muy “mala fama” que tengan, pero que sean de calidad y acordes a tus características de salud (en algunos casos sí es recomendable bajar su consumo).
  • Dietas milagro: dieta de la piña, de la alcachofa, del sirope de arce, de la sopa quemagrasas, etc.

 

 

Todas estas dietas, aunque suelen cumplir su objetivo no son nada beneficiosas para tu salud pero tampoco para tus hormonas.

Si solo las sigues durante unos días puede que no seas ni consciente de como te estarán afectando (porque sin duda lo harán). Pero si las alargas en el tiempo suelen producir desarreglos menstruales que perjudicarán a tu fertilidad.

Seguramente creerás que todo esto es una exageración ya que lo has hecho otras veces y te ha ido muy bien. Puede incluso que seas de esas personas que está “siempre a dieta”. Pero a parte de las subidas y bajadas de peso que provocan estos regímenes, tu metabolismo estará sufriendo tal nivel de estrés que muchos de los innumerables procesos que realiza a lo largo del día se verán alterados.

Por ejemplo, privando de energía a tu cuerpo también lo haces a nivel celular, elevando de manera drástica la oxidación. A pesar de ser un proceso natural y necesario, en exceso daña nuestras células, incluidos los óvulos y los espermatozoides. Esto ya no nos gusta tanto cuando lo que deseamos es mejorar nuestra fertilidad.

La solución no es ni mucho menos, seguir comiendo como un “pajarito” y comprar un multivitamínico rico en antioxidantes. Esto solo es un parche que puede resultar bien (y sólo puede, no quiere decir que lo hará) a corto plazo, pero no dudes que no es la mejor decisión para el futuro de tu salud general y reproductiva.

Por cierto, ¿eres de las que no pasa un día sin ir al gimnasio a «sudar la gota gorda»? ¿Has hecho ya algún tratamiento de Reproducción Asistida que ha resultado negativo? ¿Obtienes una buena cantidad de folículos pero inexplicablemente no de embriones de calidad? Por si no te lo han comentado ya, el ejercicio intenso y continuado también acelera y agrava la oxidación celular.

¿Y entonces?  Te estarás quizás preguntando ¿qué hago ahora para cuidarme? ¿para perder algo de peso y no dañar mi fertilidad?.

Como primer e importantísimo paso: comer bien.

Sin privarte pero sin excederte.

Disfrutando de la comida saludable y más adecuada para mejorar tu fertilidad.

Fortaleciendo los nutrientes que en tu caso son más necesarios y evitando otros que pueden estar empeorando tu calidad reproductiva.

Casi sin ningún esfuerzo, disfrutando de una nueva manera de alimentarte irás perdiendo esos quilos que puede que lleves años deseando perder.

Todas solemos creer que comer sano es comer básicamente verdura, fruta, y algunas carnes y pescados.

Puede que desconozcamos que no todas las verduras son recomendables para todo el mundo.

Por ejemplo, si padeces de hipotiroidismo no te hinches a brócoli. O si tienes un exceso de estrógenos no todos los pescados son buenos para ti.

Y ¿cómo saber si padeces de hipotiroidismo o no? ¿o si te salen los estrógenos “por las orejas”? a veces no es tan fácil de detectar, ni siquiera por analíticas. Una manera infalible es observar y escuchar a tu cuerpo. Conocerte bien.

Seguramente muchos síntomas que padeces y a los que puede que no les hayas dado nunca mayor importancia (soy estreñida pero lo he sido siempre, por ejemplo) sean las señales que te está mandando tu organismo para que le ayudes a mejorar y a realizar correctamente todas sus funciones (incluída la reproductora, claro).

 

Y no dudes que puedes hacerlo y que en tus manos (y en tus hábitos) está el conseguirlo.

 

¡Sin rendirnos nunca luchadoras!