Seguro que más de una vez habéis hecho como yo: buscar en Internet qué podíamos hacer para mejorar y aumentar nuestra fertilidad y la de nuestra pareja.

Durante años he navegado por multitud de páginas y de foros. Muchas veces he encontrado opiniones y supuestos estudios contradictorios por lo que desearía compartir con vosotras lo que realmente nos ha funcionado a nosotros. No soy nutricionista ni nada parecido, sólo deseo comentar aquí mi experiencia en este tema durante mi búsqueda incansable del embarazo.

Recuerdo que empecé a investigar cómo aumentar la fertilidad masculina tras los primeros seminogramas de Mr.N.

 

espermatozoides seminograma

No fueron desastrosos, menos mal, pero por aquel entonces los baremos de la OMS eran muy superiores a los actuales, por lo que sus resultados eran un poco variables en cuanto a cantidad pero siempre con un % de baja movilidad.  El diagnóstico fue de astenozoospermia.

Actualmente, según los nuevos valores, su calidad espermática es completamente normal.

Vamos, ahora resulta que está hecho un toro ¡lo que hay que ver!.

Esta noticia nos pilló completamente desprevenidos. No entendiamos cómo podía pasar algo así. Mi costillo cumplía con todos los «supuestos» requisitos del hombre fértil: deportista, no fumador, bebedor ocasional, etc. ¿Cómo podía ser? Una de las posibles explicaciones que nos dieron varios médicos (urólogos y radiólogos) fue que de niño, igual que a mí, le hicieron muchisimas radiografías. Y siempre,  como no, sin protección en nuestras «partes nobles».

A pesar de que actualmente está más que probado que la exposición «más elevada de la habitual» a Rayos X puede producir infertilidad tanto en hombres como en mujeres, por desgracia, la mayoría de centros médicos ni siquiera ofrecen la posibilidad al paciente de protegerse con los delantales de plomo que hay disponibles en cada sala de radiología.

Como os podéis imaginar desde que conocimos esta posible causa y después de buscar mucha información decidimos que nunca más nos harían ningúna radiografía sin protegernos.

A veces el radiólogo te coloca este delantal por protocolo. Pero desgraciadamente la mayoría de las veces debes pedirlo. Por supuesto hacemos igual con nuestro peque. Aunque por fortuna suelen ponérselo antes de que lo digamos. Creo que sólo en una ocasión tuve que pedirlo, teniendo que aguantar la cara agria del «profesional» que le atendió.

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¡Ni una sola radiografía más sin protección! Cuidar de nuestra fertilidad empieza por nosotros mismos. Y pequeños gestos como estos pueden ayudarnos a luchar contra la infertilidad. ¡No estamos solas!