Mi relación con la leche y todos los lácteos hace ya muchos años que es de amor-odio.

Amor porque me encanta su sabor, y el de todos los productos lácteos en general, y un poco de odio porque empecé a darme cuenta que no me sentaba demasiado bien, sobre todo la leche entera. Pensé que al estar tan acostumbrada a la leche descremada (¡que parece aguachirri!) cuando consumía leche entera me hacía daño al estómago, más que nada por la concentración de grasa. Así que un día decidí pasarme a la leche de soja. Estuve un par de años tomándola pero nunca llegué a acostumbrarme a ella así que finalmente la dejé. Ahora creo que nuestro cuerpo es muy sabio y que si no llegué a tolerarla bien fue por algo (sobre la soja podría comentaros más cosas otro día).

Buscando alternativas me decanté por otras leches vegetales (avena, almendras y arroz), empecé a probarlas y me gustaron.

Aasí que después de mi último tratamiento negativo decidí introducirlas completamente en mi dieta. Renunciar a la leche de vaca y reducir al máximo los productos lácteos fue otro de los grandes cambios del año anterior a mi embarazo.

Al principio empecé comprando la leche en el supermercado, pero viendo lo poco natural que era (la mayoría tiene más azúcar que otra cosa) empecé a hacerla yo misma en casa, concretamente la de almendras y la de avena. Son muy fáciles de preparar, muchísimo más baratas que las que compras (sobre todo si las buscas más ecológicas) y sanísimas, ya que no tienen ningún añadido.

De yogures no soy demasiado fan.

Aun así de vez en cuando me apetecen así que sólo compraba un bote de “queso cremoso” de 500 gr para cuando hacía algo de repostería o me apetecía con fruta y/o avena. Los quesos sí que me gustan mucho y se me hacía mucho más difícil renunciar a ellos. Bajé muchísimo su consumo pero aún así siempre tenía en la nevera, tanto alguna versión light como por ejemplo el de roquefort, que me encanta en las ensaladas; le aportan un toque muy especial.

Los lácteos_amigos o enemigos de la fertilidad

Os puedo asegurar que no echo nada de menos la leche de vaca.

Me tomo mis vasos de leche vegetal tanto con cacao (desgrasado, eso sí) como sola bien fresquita. Con un toque de canela y limón por ejemplo, y están buenísimas. No me duele nada el estómago tome la cantidad que tome y me ayudan a quitarme la ansiedad por el dulce. Que conste que era una adicta a mi leche con Cola-Cao y azúcar.

Después de llegar mi milagrito y dándole muchas vueltas al porqué había pasado después de tantos años de tratamientos me di cuenta que quizás el renunciar a la leche había sido una de las causas de algo que hasta para los médicos era inexplicable. Empecé a buscar a información. Lo que más encontraba era todo lo contrario. Que los lácteos eran muy saludables para la fertilidad y para el embarazo. Tanto por el calcio como por las vitaminas que nos aporta, que no son pocas.

Revisé entonces alimentos que había empezado a consumir más. Por ejemplo los vegetales de hojas verdes, los frutos secos o las judías blancas. Y otros que había empezado a introducir en mi dieta: semillas de lino, leche de almendras y quinoa. Comprobé que todos aportaban una gran cantidad de calcio y de vitaminas que compensaban perfectamente las de la leche. ¿Entonces era bueno o no, tomarla en la búsqueda?. Seguí investigando y encontré varios estudios donde la desaconsejaban si queríamos mantener o mejorar nuestra fertilidad.

Uno de estos estudios,

llevado a cabo por un equipo de investigadores de EE.UU y Finlandia, pudo relacionar el descenso de la fertilidad según la edad de la mujer con el consumo de la leche. Según publicaron, la galactosa (azúcar simple de la leche que sintetizada junto a la glucosa da lugar a la lactosa) podría ser tóxica para los óvulos.  Por esto las mujeres con altos niveles de galactosa en sangre son infértiles. Os ponqo aqui el enlace donde explica todo esto muchísimo mejor y que encuentro que es muy esclarecedor.

Otro de los motivos que relacionan los lácteos con la infertilidad es la carga de hormonas y pesticidas que contienen.

Veneno puro para nuestra salud en general y especialmente para nuestra fertilidad. Además de que la pasteurización de la leche provoca que no pueda ser digerida por el intestino. Esto causa que sus moléculas pasen directamente al flujo sanguíneo.

En mi caso particular, no me gusta demonizar directamente ningún alimento. Pero si eliminándolo de mi dieta, o casi, noto mucha mejoría en mi salud, creo que ha de ser por algún motivo.

¿Alguna de vosotras ha eliminado ya o restringido la leche de vaca? ¿Habéis notado cambios? Y si no es así ¿qué os parecen estos estudios negativos para nuestra fertilidad? ¡No dejéis de contarme! Y si os animáis a hacer este cambio de hábitos que yo hice no dudéis en preguntarme cualquier duda. ¡Os animo a cuidaros tanto por fuera como por dentro!