Todas lo tenemos clarísimo ¿verdad? entonces ¿por qué sentimos ese dolor tan profundo, que trepa por nuestro cuerpo y nos desgarra el alma?

Actualizado el 15/03/2017

Todas sentimos en algún momento que hemos fallado: a nuestra pareja, a nuestros padres, incluso a la sociedad. Es un sentimiento de culpa completamente irracional y hasta podríamos decir «de otros tiempos».

Mi valor como mujer, como persona, no me lo otorga mi capacidad reproductiva, ¡hasta aquí podríamos llegar!.

No soy menos mujer por ser infértil

No es más mujer la que ha parido. Si fuese así también habría diferentes «grados» de mujeres en función del número de hijos ¿no?. Esto ni se te ocurra decirsélo a una madre, que te comería viva ¡menuda barbaridad! ¿pero qué te has creído?. Estas serían las reacciones más suaves con las que te encontrarías, te lo puedo asegurar.
Lo más triste es que estas mismas mujeres, abanderadas de la maternidad, nos miran con pena, incluso con desdén, cuando se enteran de nuestros problemas para quedarnos embarazadas. Muchas veces he querido decirle a más de una que «lo mío» podía tratarse, que afortunadamente existían los Tatamientos de Reproducción Asistida (TRA) que hacen posible que muchísimas mujeres consigamos nuestro gran sueño de ser madres, pero que «lo suyo» no tenía remedio.

Que se enteren de una vez por todas. La infertilidad está más extendida de lo que la gente se cree. Este es el dato exacto, nos informa en su página web la Sociedad Española de Esterilidad:

“Según los estudios epidemiológicos más amplios, la esterilidad afecta

al 15% de la población en edad reproductiva de los países occidentales,

es decir, a una de cada seis parejas, y experimenta una evolución creciente.”

Es más, no nos olvidemos que los TRA (¡benditos sean!) permiten la formación de diferentes modelos de familia. Familias que en un hermoso acto de amor deciden recurrir a la ciencia para traer al mundo niños que son amados y anhelados de la misma manera especial que los de las parejas que sufrimos la infertilidad.

¡Nos estamos solas!